4.09.2004

19 millones de trabajadores urbanos están desocupados en América Latina



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Pese a la finalización del ciclo recesivo de 2002 y al asomo de una modesta recuperación económica en 2003, América Latina continua registrando altos niveles de desocupación, un deterioro en la calidad del empleo, el aumento de la informalidad en los nuevos puestos de trabajo, la caída de los salarios reales y la reducción de la productividad de su fuerza laboral.
Así lo constata el informe de la OIT, Panorama Laboral 2003, que indica además que actualmente 19 millones de trabajadores urbanos están desocupados en América Latina y el Caribe. “La tasa de desempleo urbano promedio-dice el informe- que alcanzó al 11 % en los tres primeros trimestres de 2003, es ligeramente inferior a la cifra observada para el mismo período durante 2002 (11.2%).” Sin embargo aún cuando aumentó en algo el empleo, el informe advierte que el mismo es de peor calidad, que la desocupación femenina tiende a agravarse y que casi uno de cada tres jóvenes está desempleado en América Latina.
“El sombrío balance que arrojan los resultados de 2003 -dice Agustín Muñoz, Director Regional de la OIT- corrobora nuestra preocupación de más largo aliento por el desempeño del modelo de desarrollo aplicado desde comienzos de los años noventa, que se ha caracterizado por dejar de lado los efectos sociales de las políticas.”
Al analizar la evolución del desempleo urbano por países, el informe observa un cuadro heterogéneo donde de nueve países considerados en los tres primeros trimestres de 2003 respecto de igual período en 2002, la desocupación urbana aumenta en Brasil (de 12% a 12.4%), en Ecuador (de 6.3% a 6.7%), en México (de 2.8% a 3.2%), en Uruguay (de 16.5% a 17.4 %) y en Venezuela (de 15.7% a 18.9%) mientras que se reduce en Argentina (-5.9 puntos porcentuales), Chile (-0.4 ), Colombia (-0.5), Costa Rica (-0.1), Panamá (-0.3) y Perú (-0.3).
El desempleo sigue afectando en mayor grado a las mujeres. Incluso en los países en los que se redujo el desempleo esa reducción fue menor en el caso de las mujeres que de los hombres. Así, en Argentina, la reducción de la tasa de desempleo en el primer semestre de 2003 respecto de igual período en 2002, fue más significativa para los hombres (6.1 porcentuales) que para las mujeres (4.7 porcentuales); en Chile, la tasa de desempleo de los hombres experimentó un descenso de 0.8 puntos porcentuales entre enero y setiembre de 2003 mientras que la de las mujeres se mantuvo constante; en Perú y Brasil, las tasas de desempleo masculinas se mantuvieron constantes mientras que las tasas de desempleo femeninas se redujeron en 0.4 y 0.8 puntos porcentuales respectivamente.
El desempleo de los jóvenes se eleva en 6 países en la región (Argentina, Brasil, México, Chile, Uruguay y Venezuela) de un total de 9 países examinados (incluyendo a Colombia, Costa Rica y Perú) hasta llegar a duplicar o estar cerca de doblar la tasa de desocupación total. En algunos países como en Argentina y Chile, la tasa de desocupación juvenil aumenta, aunque el desempleo total se reduce.
Al observar una reducción en – 0.5% de la productividad media de la región en los primeros tres trimestres de 2003 en comparación con similar período del año pasado, el informe de la OIT estima que la caída de este indicador tiende a sugerir que la mayoría de los nuevos ocupados tiene un bajo nivel de productividad, lo que refleja un deterioro de la calidad del empleo que se traduce en mayor informalidad. En tal sentido, el Panorama Laboral de la OIT, que con su actual edición de 2003 cumple 10 años de existencia, constata al analizar el comportamiento de la estructura ocupacional en América Latina y el Caribe durante los dos últimos lustros:
El aumento de la informalización del empleo: de cada diez nuevos empleos generados desde 1990, aproximadamente 7 han sido informales;
La tendencia a la terciarización del empleo: 9.4 de cada 10 nuevos empleos generados desde 1990 corresponden al sector de servicios;
La persistencia de la precarización laboral: sólo 4 de cada 10 nuevos empleos tienen acceso a los servicios de seguridad social y únicamente 2 de cada 10 ocupados en el sector informal cuentan con protección social.
“Más de la mitad de la fuerza de trabajo en América Latina- afirma el Director Regional de la OIT, Agustín Muñoz- enfrenta problemas de desempleo e informalidad. La inequidad distributiva y el hecho de que más de 4 de cada 10 latinoamericanos reciban ingresos insuficientes para satisfacer sus necesidades básicas, ha contribuido a erosionar la cohesión social dificultando la gobernabilidad”.
El informe de la OIT comprueba además una reducción del poder adquisitivo del salario mínimo en la región que se contrajo en -1.6% en promedio como consecuencia de los bajos ajustes salariales y del impacto de la inflación. Así, los salarios mínimos reales experimentaron una fuerte caída en Venezuela (-15.9% y Uruguay (-15%), contracciones en Bolivia (-0.8%), Ecuador (-3.9%), México(-0.3%), y Perú (-1.9%), aumentos en Brasil (1%), Chile (0.9%) y Costa Rica (0.5%), mientras que en Argentina y Colombia se conserva prácticamente constante. En cuanto al promedio de los salarios industriales, la región experimenta una contracción promedio de -4.8%, debido básicamente a las caídas de este indicador en Argentina (-14.1%), Brasil (-5.9%), Ecuador (-5.2%), Uruguay (-14%) y Venezuela (-19.8%).
La OIT llama la atención sobre la influencia del aumento del nivel inflacionario sobre los niveles salariales y constata que en los 3 primeros trimestres de 2003 la inflación promedio en la región alcanzó al 10.2 %, por sobre el 7.7% registrado en similar período en 2002, con una especial incidencia de las tasas observadas en Argentina (18.5%), Brasil (15.9%), Paraguay (16%), Uruguay (23.1%) y Venezuela (33.1%).
Tomando como indicadores un conjunto de factores tales como el comportamiento del empleo, los ingresos y la productividad, el informe de la OIT analiza el desempeño laboral de los países de la región en 2003 (enero-setiembre). Así, Chile, Costa Rica, El Salvador y Perú, registran avances significativos; Honduras y Argentina avances moderados; Bolivia, Colombia y Panamá, estancamiento; Brasil y México, retrocesos moderados y Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela, retrocesos.
“En síntesis -resume el Panorama Laboral 2003- si bien hay un cierto progreso laboral respecto del año anterior como consecuencia de la incipiente recuperación económica, éste no es lo suficientemente extendido entre los países como para revertir la significativa caída del empleo registrada en 2002 en la región”.
Con el objeto de reducir lo que el informe llama “los déficit de trabajo decente”, la OIT plantea, entre otras propuestas:
La aplicación de políticas macroeconómicas que tiendan a atenuar los ciclos económicos y a estabilizar el crecimiento para lograr una mejoría de la situación laboral de los países y la reducción de las desigualdades y de la pobreza.Una modernización laboral basada en el aumento de la productividad antes que en la reducción de los costos laborales, lo que implica dar énfasis a la inversión en capacitación y a la innovación tecnológica.La necesidad de una salida productiva a la crisis en el campo de la microempresa, pequeña empresa y economía informal, basada en el desarrollo del mercado interno.Una estrategia integrada de expansión de las capacidades de empleabilidad y la provisión de condiciones mínimas de protección.La puesta en marcha de un diálogo social integrador entre el gobierno, los empleadores y los trabajadores, así como de la modernización y dotación de una mayor capacidad técnica de los ministerios del trabajo, junto con el fortalecimiento de las organizaciones de empleadores y de los sindicatos.
OIT, 09/04/2004